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De apropiaciones y desplazamientos: el proyecto teórico de Fernández Retamar (página 2)



Partes: 1, 2

  • Zavala, Lauro, 1991, "Hacia una teoría dialógica de la liminalidad cultural", en Alvarado y Zavala (comp.), Diálogos y fronteras. El pensamienbto de M. Bajtin en el mundo contemporáneo, Puebla: UNAM Xoximilco: 147-68)

  • Zimmerman, Marc, 1997, "Barajando las cartas de nuevo en el nuevo mundo: una meditación sobre los apuntes andinistas de Mignolo", en Memorias Jalla II, Tucumán: 184-202.

  •  

     

    Autor:

    Zulma Palermo

    Enviado por:

    Ing. Lic. Yunior Andrés Castillo S.

    "NO A LA CULTURA DEL SECRETO, SI A LA LIBERTAD DE INFORMACION"?

    Santiago de los Caballeros,

    República Dominicana,

    2016.

    "DIOS, JUAN PABLO DUARTE, JUAN BOSCH Y ANDRÉS CASTILLO DE LEÓN – POR SIEMPRE"?

    [1] Todos los destacados en las citas textuales son m?os, salvo advertencia en contrario.

    [2] El mito del progreso tal como se propone en el Fausto es una prescripci?n de ideolog?a moderna, seg?n el cual las sociedades deben ?crecer? econ?micamente para ser exitosas. El valor monetario es el que rige todos los otros sistemas de valores y al que quedan sometidos. Parece indudable que este fin de siglo ha llevado a su punto culminante este orden social seg?n el cual todas las producciones se miden con la vara del ranking: el desplazamiento de este t?rmino desde los medios de comunicaci?n hasta los sistemas acad?micos, si bien es subrepticio no deja de ser altamente efectivo (v?anse las mediciones de ?calidad? propuestas por las pol?ticas universitarias de tipo eminentemente cuantitativo).

    [3] Un n?mero significativo de intelectuales propuso alternativas a la hegemon?a del conocimiento convalidado por los aparatos acad?micos generando y/o apoyando pol?ticas culturales de resistencia. As?- en el ?rea de los estudios literarios- junto a Fern?ndez Retamar, Angel Rama y Antonio Cornejo Polar; en antropolog?a filos?fica, Rodolfo Kush, Arturo Roig, Enrique Dussel; en antropolog?a social Fernando Ortiz y Adolfo Colombres; en historiograf?a, Jos? Luis Romero.

    [4] Los dos primeros est?n incluidos en Para una teor?a de la Literatura Hispanoamericana (35-73), cuya primera edici?n en La Habana es de 1975, reeditada en 1984; hay otras ediciones totales o parciales de estos art?culos. El tercero se incluye en Para el Perfil Definitivo del Hombre (1992:360-79), libro en el que se reproduce tambi?n ?Algunos problemas te?ricos…? (190-221).

    [5] Hay ac? una cuesti?n fundamental que es necesario considerar: el rechazo a toda forma de idealismo ya sea que provenga de concepciones ?burguesas? o de ciertas formas del marxismo. En el pr?logo a la edici?n italiana de Calib?n (1974) manifestaba: ?… Mientras especulativamente florecen ex?getas del joven Marx, neomarxistas, marx?logos, marx?grafos, marxianos, en un despliegue multicolor de alas de guacamayo, la dura praxis de las revoluciones concretas es vista con el desagrado que a todo plat?nico merece lo real? (Reproducido en Rev. Crisis, n? 18, Bs.As., oct.1974: 66-67).

    [6] Un poco antes, Alejo Carpentier -en deuda directa con J.P.Sartre- constru?a para la literatura latinoamericana su teor?a de los contextos y no demasiado lejos Lezama Lima perfilaba un criterio de periodizaci?n desde el trazado de ?las eras imaginarias?, tambi?n en la l?nea del materialismo hist?rico.

    [7] Es importante destacar el ?contrapeso? ejercido por la labor incansable realizada desde Cuba por Desiderio Navarro y su Revista Criterios que sigue acercando a trav?s de sus traducciones las propuestas te?ricas del este.

    [8] Est?n tambi?n los latinoamericanistas europeos como Fran?oise Perus, Eric Larsen, Mart?n Lienhardt entre otros, que comparten el lugar de enunciaci?n.

    [9] Para un desarrollo m?s amplio de este panorama cfr. Palermo (1995) y Bueno (1986)

    [10] Retomar? esta discusi?n m?s adelante.

    [11] Las secuelas de tal hegemon?a siguen vigentes. Adem?s de las limitaciones de orden econ?mico, ?qu? otra cosa que un enorme complejo de inferioridad hace que un gran n?mero de estudiosos latinoamericanos se llame a silencio? O, a la inversa, ?por qu? los avances que se realizan en este lado de Am?rica no encuentran eco en las academias centrales salvo que sus productores sean tambi?n sus miembros?

    [12] Calib?n fue publicado originalmente por Casa de las Am?ricas en 1971; ?Algunos usos de civilizaci?n y barbarie? apareci? por primera vez en 1977; las cr?ticas a las categor?as con las que se sostienen las denominaciones dadas a los pa?ses colonizados por los ?subdesarrollantes? se proponen en Ensayo de otro mundo (1968); los an?lisis sobre la cultura occidental se encuentran en Nuestra Am?rica y Occidente (1976)

    [13] Se trata, sin duda, de una noci?n que est? siendo resemantizada en las distintas disciplinas sociales. Tambi?n la antropolog?a, tom?ndola de la ecolog?a, considera que ?La frontera es, casi por definici?n, lo que los ec?logos llaman un ecotono, una combinaci?n de las caracter?sticas de dos sistemas diferentes […] Podemos decir que la frontera es una especie de ecotono cultural. Como en un ecotono, no deber?a ser considerada una l?nea de divisi?n como normalmente ha sucedido, sino al rev?s: la frontera es una l?nea de uni?n, una simbiosis. En la frontera generalmente pasan cosas marginales a lo que sucede en los […] sistemas ?centrales?, pero eso no quiere decir que los separe sino que los une? (Reboratti, 1995:421).

    [14] En estas citas los destacados son del autor; entiendo que, en la ?ltima cita, m?s all? de testar el extranjerismo son significantes de /iron?a/.

    [15] Me permito citar ac? algunas l?neas de Mignolo que me hiciera llegar por e-mail en respuesta a una pregunta m?a sobre la abarcaci?n de su neologismo ?bilanguaging-love? (13-02-99).

    [16] Ac? ser?a v?lido analizar si esta situaci?n de rechazo (que a veces llega hasta la marginalidad) no reproduce tambi?n, de manera m?s sutil pero igualmente efectiva, el exilio de los a?os ?70.

    [17] Sobre este aspecto de la cuesti?n cfr. Hern?n Vidal (1997) que comparte, significativamente, la idea de la pr?ctica literaria como uno de los ?derechos humanos? con Antonio C?ndido, quien manifiesta: ?… aqu? entra el problema de los derechos humanos […] porque pensar en los derechos humanos implica un presupuesto: el de reconocer que aquello que consideramos indispensable para nosotros tambi?n lo es para el pr?jimo…? (1995:152). Para Vidal se trata de una distribuci?n inequitativa del derecho a pensar y conceptualizar en la propia lengua.

    [18] Se reproduce en el campo de la producci?n intelectual el modelo de la producci?n material: se exporta materia prima que se reimporta elaborada a alto precio porque trae el plus del sello ?made in…? garant?a de estatus para las clases en b?squeda de ascenso. Mucha de esa mercanc?a es de segunda clase o a?n de desecho pero sigue siendo sobrevaluada (econ?micamente) porque es sobrevalorada (culturalmente).

    [19] Al respecto de ?mestizaje? explicita: ?pese a su tradici?n y prestigio, es el que falsifica de manera m?s dr?stica la condici?n de nuestra cultura y literatura. En efecto, lo que hace es ofrecer im?genes arm?nicas de lo que obviamente es desgajado y beligerante, proponiendo figuraciones que en el fondo s?lo son pertinentes a quienes conviene imaginar nuestras sociedades como tersos y nada conflictivos espacios de convivencia…? Y sobre ?transculturaci?n?: ?…bien puede ser el emblema mayor de la falaz armon?a en la que habr?a concluido un proceso m?ltiple de mixturaci?n…?.

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